lunes, 23 de noviembre de 2009

MUCHACHOS...¡LE ENCONTRE UNA VENTAJA A LAS BICIS TRADICIONALES!


¿Quién ha dicho que las bicis tradicionales no tienen ventajas?
¿Quién ha sido el bellaco que ha difundido tal calumnia?
   Reseña y reflecciones de una salida casi anfibia.
Hace unos días salí a pedalear con una oscura tormenta a mis espaldas, que a medida que avanzaba se ponía mas amenazante. Viendo el panorama emprendí el regreso, pero el temporal se desató sin clemencia antes de llegar a casa.
El viento era tan fuerte que "acostaba" la lluvia poniéndola casi horizontal sobre la carretera y avanzar por el llano exigía tanto esfuerzo como la más empinada de las cuestas.
Pero lo peor no era eso, la lluvia pegaba tan fuerte que dolía como si fuera arena, era imposible pedalear sin cerra los ojos.
Si instintivamente volteaba la cara, apartaba la vista del camino y se tornaba peligroso seguir marchando.
En ese momento pensé ¿me pasaría esto si viniera en una bicicleta común de ruta?
En una situación similar como ciclista tradicional, agacharía la cabeza dejando que la lluvia y el viento pegara sobre mis hombros, brazos y cabeza, pero no me castigaría tanto la cara.
Eso si,  al igual que en una reclinada, tampoco mejoraría mi visión y tendría que avanzar mientras durara el temporal , en esa posición de arco tensado que tan poco nos gusta a nosotros.  En esas situaciones, la posición tumbada que habitualmente juzgamos como invalorable y "panorámica" se torna una dificultad, porque agachar la cabeza para que no te castigue el agua, te pone en una postura de "pato atorado con tripa" que es bastante incómoda de mantener.

Claro que, como suele pasar en esta vida, las mismas condiciones no determinan similares penurias. Mientras avanza penosamente contra el agua y el viento, al costado del camino una pareja de novios mantenían una "fogozo encuentro" adentro de un Renaul color verde.  Encantados con el temporal reinante que creían que los volvía "invisibles" en su isla de cuatro asientos, nunca se enteraron que a pocos metros pasó un ciclista reclinado, empapado por la lluvia y vapuleado por el viento.
 Admirando sanamente aquel desborde exibicionista, seguí camino con algunos recuerdo similares de tiro mientras la reclinada cortaba charcos sobre la carretera.

Pero volvamos al tema. Por suerte el temporal no duró mucho tiempo y de a poco todo volvió a su cauce.
Acompañado por el ronronear de la cadena y el siseo de las ruedas sobre el asfalto tibio y mojado me pregunté:
¿Cuántas veces sale uno a pedalear bajo la lluvia en una reclinada?...en mi caso muy pocas.
¿En una bici común vendría menos empapado que ahora?...no.
¿Disfrutaría más la mojadura si viniera en otra bicicleta?...no
Seguramente me dolería las asentaderas, las muñecas y el cuello, llueva, truene o el sol raje la tierra.
Entonces, miré mi recli bajo mis pies y redoblé el pedaleo para hacer los últimos kilómetros hasta casa mientras pensaba...."muchachos, lo del título fue un anzuelo.¡De las reclinadas no se vuelve!

viernes, 13 de noviembre de 2009

"VELOTEC" DESAFIANDO AL VIENTO



Germán Barbato junto a su flamante "VELOTEC"
Existe gente nacida con talento para hacer objetos bonitos. Dueños de una necesidad sofocante de utilizar sus habilidades en proyectos que los desvelan, éstos creadores no descansan hasta concretarlos. Ese es el caso de GERMAN BARBATO, constructor de la hermosa "VELOTEC" que rueda desde hace poco tiempo por las calles de Paysandú.
A este sanducero, odontólogo retirado y ciclista desde siempre, últimamente le costaba andar en bicicleta por el fuerte dolor en un hombro que le producía  el ejercicio. La reclinada ha sido la solución del problema y el pretecto perfecto para armar ésta seductora reclinada construida en fibra de vidrio y fibra de carbono que hoy disfruta.


Líneas sinuosas le dan un aspecto interesante y agresivo a la nueva reclinada.

LA "VELOTEC".
La bici que tiene un fuerte carácter de "pura sangre", muestra una aerodinámica limpia, atractiva y pesa 10.5 kg.      De tracción trasera, la reclinada se impulsa con un rodado 28, elegido porque es común a cualquier bicicleta de carrera y uno 24 en la dirección.
Germán me cuenta, "la diseñé para una rueda delantera de 20 pulgadas pero la horquilla que conseguí era muy ancha y me quedaba mal la cadena (la horquilla la desviaba), así que la cambié por la 24 de carbono que ves. Ahora tengo que hacer la horquilla definitiva y modificar el ángulo de la dirección".
El asiento está colocado a 48 cm del piso y el centro del pedalier a los 67 cm, la distancia entre ejes es de 132 cm y la altura total de la máquina es de 96 cm.
Una sola palanca de freno ubicada al centro del manillar acciona simultáneamente en ambas ruedas.Esta solución ahorra espacio y evita que las piernas del ciclista choque con las palancas que tradicionalmente se colocan en el frente de la dirección.

La reclinada en prueba en la Costanera del Río Uruguay

EL CUADRO
Germán tiene una larga relación con la fibra de vidrio con la cual ha construido hasta su propio camatarán. Por eso fue casi natural recurrir a éste material fuerte y liviano. El cuadro de ésta hermosa reclinada está construido con "el alma" de poliestireno expandido de alta densidad que fué "modelado" hasta lograr la forma sinuosa y elegante que presenta.
Terminada esa etapa, el poliestireno fue "recubierto" en fibra de vidrio.
El ancho del cuadro esta acotado a los 7.5 cm del ancho de la caja pedalera . Esto asegura la regidez y la elegancia del conjunto. El paso siguiente consistió en pulir las telas de roving de 600 gr/m2  se forró todo con tela de 200 gr/m2 . Luego se le dió un baño de resina para tapar la trama de la tela y se lijó toda la superficie hasta que quedara lista al tacto y agradable a la vista.
 Al no utilizar molde, la superficie exterior exige ese trabajo minucioso antes de pintar la pieza.
Extrañamente, reconoce que el asiento fue una de las partes que le demandó más trabajo tras sufrir varios inconvenientes inexplicables.
Todo en la bici funciona y cada componente está ubicado con una estética impecable, al punto de tener una apariencia de un producto de fábrica.
Hoy día Germán disfruta una excelente Bicicleta Reclinada y no tiene inconvenientes en el tráfico urbano de Paysandú, mas allá de las consabidas manifestaciones de aquellos que alcanzan a gritarle alguna ocurrencia mientras lo ven pasar.
Con su bici, ha retomado la práctica del ciclismo y abandonó su bicicleta de montaña que le torturaba el hombro.
Germán !felicitaciones por la reclinada fuera de serie que has construido y bienvenido al club de los que han elegido pedalear con los pies para adelante!

Aquí es evidente la limpieza y prolijidad del proyecto. Una pura sangre para hacer muchos kilómetros pedaleando cómodamente.