En mi experiencia, nada de lo que hagas cuando fabricas tu bicicleta reclinada se quedará tal como está. No importa cuánto la hayas planificado antes de hacerla. No interesa el empeño que pusiste en la investigación previa, o que tan clara tengas tus ideas al momento de cortar el primer caño… la ley no escrita dice que SIEMPRE HABRÁ ALGO QUE MODIFICAR.
¡Ojo!, no siempre será porque te equivocaste, sino porque siempre surgirá aquello de… ¿y si le modifico tal cosa cómo quedará?
Y entonces iremos otra vez buscando ese detallito que nos consiga mejorar la aerodinámica, disminuir el peso, o dejarnos más cómodo encima de nuestra bici. Porque si algo valoramos los reclinados de nuestras bicicletas, es justamente eso… SU COMODIDAD.
SÉ EGOISTA.
Si no quieres complicarte la vida cuando hagas tu reclinada, no la fabriques pensando en que alguien más utilizará tu bici (ese error también lo cometí).
No te “mates” construyendo cuadros extensibles, manubrios regulables o asientos corredizos, porque "alguien" mas usarà tu recli. Si vives en Uruguay -por ejemplo- eso NO TE PASARÁ JAMÁS... ¡¡NO TE LA VAN A PEDIR.
A lo sumo te mirarán pensando quien sabe Dios que cosa, pero NO TE LA PEDIRÁN.
Tal vez te pregunten con cara de haber pisado "caca de perro", si la bici es fácil de andar o cómo haces para mantener el equilibrio en “esa cosa”. Pero, de allí a pedírtela para dar una vueltita...ni lo sueñes.
Con suerte encontrarás alguno -como me pasó a mí el otro día-, que te seguirá en el auto mientras toda la familia asoman sus cabezas por las ventanillas con sonrisa de emoticones y te filman.
Esa misma persona, cuando me encontró mas adelante, parado sacando unas fotos, se acercó para decirme -refiriéndose a la bicicleta ¡qué bueno, lo que es la creatividad!
Pero entiéndelo, esos serán los menos. Si te los encuentras disfrútalos y explícales todo lo que te pregunten sobre tu bicicleta.
En general el uruguayo no es así. No te preguntará por que andas en esa bicicleta rara en lugar de las de siempre. Supondrà (sin decìrtelo) que tienes algùn problema fìsico.
Las reclinadas son una experiencia personal que se potencia cuando las usa es el mismo que la fabricó.
Ni Aladino en su alfombra mágica disfrutará tanto como un reclinado tomando curvas en una bajada interminable o recorriendo caminos pintorescos plácidamente recostado en su bici.
“El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo”. Friedrich Nietzsche