viernes, 15 de mayo de 2009

LAS RECLINADAS Y YO


Tengo una corta y diría “solitaria experiencia” con estas bicicletas, dado que en mi país Uruguay y en Paysandú –mi ciudad- si quieres comprarte una Reclinada no las consigues y si preguntas por “algo” así en una tienda de bicicletas,inmediatamente miran hacia afuera para ver donde has dejado estacionado tu plato volador.
Por lo dicho, no pretendo “pontificar” sobre la materia sino exponer sencillamente mi experiencia de “fabricante amateur” de mi propia Reclinada y ayudarte si estás embarcado en un proyecto parecido. Te adelanto que si construyes una no te arrepentirás y la disfrutaras doblemente.
LOS ORIGENES DEL PROYECTOComo amante del ciclismo, nunca había visto una bicicleta de este tipo.
Más aún, jamás imaginé la bicicleta de una forma diferente a la que había conocido de toda la vida.
Menos aún se me ocurría pensar en un ciclista recostado en lugar de la posición que conocemos históricamente.
Por lo dicho nunca pensé que a alguien se le ocurriría inventar un “aparato” en el cual se pedaleara con los pies para adelante.
Así como me resultaron “chocantes y extraños” los diseños de las Bicicletas reclinadas que vi en Internet, las páginas que exaltaban las virtudes de esas “cosas” que yo nunca había visto, terminaron por provocarme curiosidad.
Mas tarde, las ganas de construir una Reclinada se volvieron irresistibles y la necesidad de comprobar las maravillas que se decían en Internet hicieron el resto.
Aclaro que provengo de una familia ligada al ciclismo tradicional y competitivo. Yo mismo lo he practicado por algún tiempo en mi adolescencia.
Crecí escuchando historias del deporte del pedal y aclaro esto, porque toda esa cercanía con el ciclismo tradicional, me creó los mas recalcitrantes preconceptos negativos cuando conocí las Reclinadas por fotos.
Para mi toda “cosa” que no permitiera “pararse” en los pedales no era una bicicleta “eficiente”. Hoy en día y a pesar de las muchas satisfacciones que a diario me da mi reclinada, me sorprendo menoscabando las posibilidades de éste tipo de bicicletas ante las bicis tradicionales que yo aprendí a valorar en mi adolescencia. Esto muestra cuan fuerte puede ser un preconcepto y cuan tolerantes debemos ser los Ciclistas Reclinados con aquellos que no entienden nuestra forma de disfrutar el deporte. Aún hoy mi conocimiento de las mismas se reduce a mi propia bicicleta y a la que le construí a mi hijo Matías porque no he conocido otras en “vivo y en directo”