domingo, 10 de enero de 2016

ESOS LOCOS BAJITOS QUE SE RECLINAN

Llegan corriendo entre risas por la vereda salpicada de sombra que da la arboleda de la calle donde vive Enrique.
Tocan su puerta y dicen, “¿señor, nos presta las bicis para dar una vueltita? Y allá va Enrique Demarchi a “despertar” las reclinadas que tiene en su taller, para que los chicos, que los fines de semana están libres de la escuela puedan disfrutarlas.
Una a una van asomando de la “nursery” de reclinadas” que tiene Enrique en su taller.
Así aparece la reclinada con dirección bajo el asiento que la toma Luis, la que no tiene  suspensión  que le gusta a Diego, “y a mí deme la azul grita Alejandro”.

 Al rato Enrique ve rodar sus creaciones frente a su casa tripuladas por esos” locos bajitos”.
Vienen y van mientras le descubren los trucos a las reclinadas.


Pensar que estos chicos tienen el raro privilegio de conocer y disfrutar en su niñez, de un tipo de bici, que otra gente se muere de viejo sin conocerlas.

Y no es que eso sea trascendente, pero al menos el conocerlas, les hubiera revolucionado las neuronas, pensando que algo tan  simple y tradicional como una bicicleta podía tener una forma distinta de disfrutarlas.
Hace uno años cuando descubrí estas bicicletas, desde aquí –Uruguay-, yo veía la ciudad de Enrique (Venado Tuerto- Argentina), como la meca de las reclinadas.

Allí varios constructores hacían sus máquinas, salían a pedalear juntos e intercambiaban ideas y proyectos. 
Hoy Enrique me dice , del grupo original solo quedo yo.
-Tengo 6 bicis en uso de las 8 reclis casi completas que guardo en casa, más 4 o 5 en construcción sin terminar.
-Podría hacer una carrera si junto todas... y sumo 2 más con la de Fernando y Cristian que están ahí guardadas.
-No toda la gente se sube a este tipo de bicicleta- comenta Enrique- y yo suscribo esa apreciación.
No todos están dispuestos a ser juzgados por andar en una reclinada.


En contrapartida, la gente de Venado Tuerto ve pasar como todos los días a Anahí recorriendo las calles de la ciudad haciendo sus tareas diarias.

Anahí pedalea un trike especial que le fabricó Enrique y con el cual se le ensanchó el mundo que hasta entonces su limitación física había reducido bastante.
Ella es una promotora diaria y silenciosa de esa “otra forma” de andar en bici.
Creo que proponer una idea intermedia como las scooters-bikes o los triciclos tipo DELTA, donde la caja pedalera está detrás de la pequeña rueda delantera, podría ser una opción intermedia para que el salto de la bici común a la recumbent no sea tan radical a la mirada del común de la gente. 

En la Argentina, Gad trikes tiene aceptación con sus triciclos recumbentes y Hi Bent produce muy buenos diseños desde no hace mucho tiempo... creo que el futuro no esta lejos pero todavía hay que esperar que este nuevo paradigma en bicis se instale.
Cannondale con asistencia eléctrica

En el mercado internacional, hay empresas de distintos países con marcas reconocidas, que están ofreciendo recumbents y semi recumbents como Giant y Cannondale).

Korea y China también fabrican estos productos y creo que estos últimos, van a ser los que terminarán imponiendo la modalidad en busca de vender sus creaciones.


Allí dejamos a Enrique Demarchi, diseñador gráfico, pintor, inventor y constructor de reclinadas compartiendo sus “criaturas” con las nuevas generaciones.
La vida es como el mar Enrique, hay veces que nos apoya arrimándonos personas que descubren las mismas cosas y al mismo tiempo que nosotros, y otras veces, nos deja solos para probar nuestras convicciones o para mostrarnos otras orillas adonde desembarcar.

En fin… nada se pierde todo se transforma y ahora la semilla ya está plantada. Solo queda esperar…reclinado.

Ya que le "robé" parte del título de este post al maestro Joan Manuel Serrat, también les dejo aquí esta hermosa canción.