miércoles, 21 de octubre de 2009

RECLINADAS CON AMORTIGUACION



CUIDANDO NUESTROS RIÑONES Y TRASERO.

La suspensión en las Bicicletas Reclinadas es un lujo que se justifica si habitualmente transitas por caminos mal pavimentados o con baches. En Europa tal vez no sean tan necesarias, pero por América del sur las cosas cambian, ya que no siempre nos toca pedalear sobre un billar.
En las bicis tradicionales, el ciclista puede pararse en los pedales, flexionar las piernas y amortiguar las imperfecciones del camino, pero en las reclinadas esto no es posible.


Los baches pueden "desacomodarte" en el asiento, incluso hacerte perder momentáneamente los pedales haciendo menos eficiente tu rendimiento.
La amortiguación hará más placenteras tus salidas evitando los golpes en la espalda que te trasmite el asiento al toparte con un pozo.

En el caso de la ROCIMAT opté por un amortiguador trasero y no me arrepiento.
Esta configuración entrega una buena confortabilidad al andar, despreocupándome de los caminos en mal estado.
Supongo, que una suspensión delantera acentuaría aún más el confort, pero al momento no he encontrado una horquilla de buenas prestaciones para integrarla a la reclinada.
La contra más evidente de la amortiguación, es que aumenta el peso total de la bici y complica un poco más la fabricación de la misma.
Al momento del diseño, debes tener en cuenta que la cadena no roce en algún punto del recorrido debido al movimiento del basculante de la suspensión.


Si utilizas un amortiguador común de resorte, deberás usarlo bastante duro para evitar que la reclinada "flamee" o rebote como una pelota incomodando el pedaleo.
Un amortiguador a gas es una buena solución si tienes recursos para adquirirlo.
Si no es tu intención fabricar el basculante trasero, puedes utilizar el triángulo trasero de cualquier bicicleta para adaptarlo a tu proyecto. Aquí va una foto de la segunda reclinada fabricada para mi hijo Matías.