sábado, 14 de enero de 2017

RECLINADO NO HAY CAMINO, SE HACE CAMINO AL ANDAR...

Luciano Baglieto es un viajero insaciable. Nacido en Castelar, bajo el signo de Capricornio suele darle un portazo a esa vida cotidiana y tomar los caminos de América para recorrerlos en bicicleta. El viajar muchas veces sin dinero no fue obstáculo para conocer Bolivia, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela,  Brasil y distintas regiones de su país, la Argentina. Desde hace un tiempo cuenta con una espectacular HI -BENT M RACER PRO fabricada en San Justo y aquí nos cuenta su nueva experiencia como reclinado.

Luciano Baglietto
Al recordar cómo conoció las bicicletas reclinadas Luciano relata, que una vez viajando por Misiones le hicieron una entrevista en la radio de Posadas (capital de la Provincia). Al dejar la radio lo esperaba uno de los oyentes que le ofreció hospedarle en su casa. Ese muchacho -Hernán Maidana tenía una bicicleta reclinada. -Cuando la probé quedé enamorado –recuerda. 
Con ella me pasó algo muy loco. En ese viaje había salido sin dinero, así que una de las forma de conseguirlo era ir a la plaza con mi guitarra, armar una especie de stand con mis fotos, mi bicicleta y mis bolsos además de un banner que decía que estaba dando la vuelta al mundo. El muchacho que me estaba alojando en su casa me acompaña y él andaba en su bicicleta reclinada. Entonces pasaba algo muy loco, la gente, en lugar de ver lo que yo mostraba se acercaba a ver la bicicleta de este muchacho. 
Al final tenía que pedirle que la escondiera atrás porque la gente no me daba bola y no me colaboraban.



-Cuando uno viaja sin plata -me explica- , la bicicleta funciona como un imán y cuanta más gente se te acerca, más oportunidades tienes de conseguir contactos, colaboraciones y hospedaje. 
Entonces al ver la reacción de la gente con la bicicleta reclinada pensé, con esta bicicleta voy a llamar muchísimo más la atención y se me va a acercar muchísima más gente. 
Por eso me dije, YO TENGO QUE TENER UNA BICICLETA COMO ESA PARA MI PRÓXIMO VIAJE.

¿Y cómo te resultó la experiencia ahora que tienes la tuya? 

-Después que compré mi reclinada HI BENT hice un viaje de prueba de 650 km entre Buenos Aires- Tandil y Pinamar. El viaje duró dos semanas y la experiencia fue excelente. Sin dudas - me dije - ésta ES UNA BICICLETA PARA VIAJAR. 



-La postura de la HI-Bent es diferente a la que yo había probado en Misiones, ésta fue diseñada más para velocidad. Es más aerodinámica y uno va más apoyado sobre la espalda que sobre la cola.


En las fotos he  visto que tu reclinada al principio tenía suspensión delantera y ahora no. ¿A qué se debe?

-Yo no recomiendo usar bicicletas con suspensión- responde Luciano- , tanto si es una montain bike como una reclinada.  Las suspensiones pesan alrededor de 2,5 kg. contra 600 gramos de una horquilla de aluminio rígida.  
No considero que para viajar uno deba llevar suspensión, pero si entiendo que tienes que estar más atento al  peso de la bici. Por esa razón cambié la suspensión con la que vino equipada de fábrica por una horquilla rígida.

¿Crees que las bicicletas reclinadas son aptas para hacer cicloturismo?

-Si la bicicleta reclinada es más apta o no para el cicloturismo, yo solo te puedo hablar puntualmente de mi bicicleta.


 -Mi bicicleta Hi-Bent MRacing Pro está pensada y diseñada para hacer velocidad, no es una bicicleta diseñada para viajar. Uno va muy acostado y prácticamente lo que más apoya es la espalda, por lo que supongo, que ir con ella por caminos de ripio debe ser una tortura…no la he probado, pero creo que no se adaptaría bien. 



Ahora, si vas por ciudades y carreteras asfaltadas no tendrás problemas.
Lo que digo, es que si fuera una bicicleta diseñada para viajar sería más cómoda todavía, más versátil y liviana, aunque nunca deja de ser muy divertida. 
La reclinada que probé en Misiones, al tener otra geometría y ser  más corta entre ejes, la posición del ciclista era más erguida y apoyaba más la cola en el asiento y menos la espalda. Pienso que una reclinada con esa geometría se adaptarían mejor a terrenos accidentados.  

¿Cuál utilizarías en tus viajes?

-Dependiendo de cómo planifique mis viajes  yo optaría por una u otra bicicleta. 
Si yo sé que voy a hacer una ruta exclusivamente de ripio no iría con la reclinada, optaría con la mountain bike que sé que no tendría inconvenientes.


-Pero si voy a hacer un viaje como los últimos dos que hice, en el que recorrí autopista y rutas de asfalto, sin dudar elegiría la HI BENT. 
Los dos estilos son buenos para hacer cicloturismo pero teniendo en cuenta el terreno que recorrerás. 


-En cuanto a usarlas en la montaña entiendo que tiene una desventaja.
Los músculos que trabajan más en este tipo de bicicletas son los muslos y los gemelos en lugar de los isquiotibiales
Es decir, que los músculos más grandes de las piernas no entran en acción y ahí se nota la diferencia entre una bicicleta convencional y una reclinada.


-No digo que sea imposible subir cuestas con ella, pero trepar los 4500 mts como me tocó hacerlo en Bolivia, con la reclinada puede volverse un poco traumático.



-Entiendo que es muy difícil luchar contra años y años de desarrollo de las montain bike y  por eso son las bicicletas más vendidas.
Las reclinadas son bicicletas muy divertidas, muy llamativas, pero si me preguntas específicamente, te diría que las mountain bike son las más indicadas para viajar por todo tipo de terreno.


 Ahora, si me fuera de viaje por un año me llevaría la reclinada,  porque te suma posibilidades. 
A la gente le llaman mucho la atención estas bicicletas.

Te vi usando un tráiler tirado por tu reclinada. ¿Cómo te fue?

-No los recomiendo para nada, no lo volveré a usar. En mi viaje a Reconquista utilicé uno y la bicicleta iba pesadísima. Para viajes largos para mí  lo ideal es usar 4 alforjas y listo.


 -En viajes cortos basta con dos. 
Ese viaje se me hizo durísimo, pasé mucho calor, con viento en contra todos los días y encima la bicicleta pesadísima con el tráiler enganchado a ella.  No lo volvería a usar.

¿Qué buscas cuando salís a viajar en bici?

-Ni más ni menos que la SENSACIÓN DE LIBERTAD. La bici representa un desafío físico, mental. 
Viajar por lugares con temperaturas de 38, 39 grados, subir 25 kilómetros de cuestas, cruzar países, todo eso te da  una GRAN LIBERTAD.
Por ejemplo, darme cuenta mientras viajaba  sin dinero por el Amazonas, que jamás me faltó un plato de comida fue estupendo. 
Ser consciente que No necesitaba el dinero para vivir fue una experiencia increíble. 


-Eso me hizo crecer como hombre, como persona y aprendí un montón de valores, entre otras cosas, darle otra perspectiva a lo que uno tiene.

-Yo creo que soy un afortunado, me he dado todos los gustos que quise viviendo aventuras al límite.
Los viajes me hicieron crecer como persona, aprendí a resolver situaciones complejas y me di cuenta que lo que me propongo lo puedo conseguir, HAY QUE PROPONÉRSELO NO MÁS”.


-La vida es tan simple y sencilla que agradeces todos los días por tan hermoso regalo!



lunes, 2 de enero de 2017

¿Y SI EINSTEIN TENÍA RAZÓN?


Cavilaciones acerca de nuestras reclinadas y la gente. Crónica de un encuentro cercano de mal tipo.   

Se le atribuye a Albert Einsten, haber dicho que ERA MÁS FÁCIL DIVIDIR UN ÁTOMO QUE BORRAR UN PREJUICIO…y de esto me acordé hace poco  a raíz de la anécdota que ahora les cuento.



-¿Vamos a pedalear un poco? –me propuso mi vecino “el petiso”.
-Bueno dije y al rato estábamos rodando despreocupadamente por la costanera de Paysandú.
-“El Petiso” es el único vecino que le gusta salir a bicicletear con el “raro” del barrio,  es más, ¡HASTA ME HA DICHO QUE LE GUSTA!
-Como es medio “farolero” (le gusta mostrarse), me dijo una vez entre risas, “cuando salgo solo nadie me da bola, pero si vas vos en tu reclinada todo el mundo nos mira!! 

¡Y claro! –pensé – cuando pasamos la gente quedará esperando que atrás nuestro vengan los payasos, los monos y el resto del circo…POR ESO NOS MIRAN.



Lo cierto es, que esa tarde salimos para hacer un circuito junto al Río Uruguay dónde en verano la gente sale a correr, a caminar y andar en bici. 
Ese escenario es un “vergel” para mi compañero de ruta, porque “el petiso” es super- sociable y  un personaje que conoce a medio mundo.
Así que mientras pedalea va saludando a diestra y siniestra como político en campaña. 


A poco de andar, notó que unos metros más adelante, un reconocido ciclista de ruta pedaleaba haciendo nuestro mismo recorrido.
Mi compañero lo conocía, así que se le acercó a saludarlo con su cordialidad habitual. 
El otro respondió complacido HASTA QUE ME VIÓ EN MI RECLINADA. 


Un gesto fugaz le castigó el rostro y una expresión muy parecida a “¡¡QUIEN PISÓ EL SORETE DEL PERRO!!” se le pintó en la cara.
Fue tan evidente su desagrado por “mi compañía reclinada”, que el breve diálogo que intentaba mantener con mi compañero se volvió torpe e inconexo. 
“ESA COSA” que rodaba junto a él (es decir yo y mi reclinada), evidentemente lo perturbaba. 
-¡Qué pensarán de mí los que me conocen si me ven con éste a la RUEDA !! habrá pensado el pobre.


Al cabo de un rato y evidenciando su inocultable incomodidad, apenas encontró el primer desvío, farfulló una excusa y se hizo humo, en un atropellado y patético “mutis por el foro”.
Se ve – y no lo culpo - que verme pedaleando  TAN CÓMODO en mi sillón con ruedas a la par a su “reconocida  estirpe” de ciclista rutero, le cayó mal…mejor dicho, le cayó pal´ culo.  

Que yo me pusiera a rueda montando ese “allien” lo incomodó tanto como si la puta del burdel más conocida  lo saludara por su nombre delante de su mujer. 

Me causó gracias, pero no sorpresa porque  conozco la “cabeza” de muchos ciclistas que compiten o alguna vez lo hicieron. 
Sé de esa mezcla de sacrificio, testosterona, logros y ego que llenan el “disco duro” del ciclista tradicional. 
El rutero ama su deporte y su bicicleta, por eso tampoco le caen muy en gracia los ciclistas que hacen montain bike.

En su opinión, eso de andar a los saltitos por el campo es para los conejos no para los ciclistas serios... y mejor no preguntar que piensan de nosotros porque estamos en el horno.

Como ven los PREJUICIOS siempre están, todos los tenemos, salvo que algunos nos da lo mismo lo que piense el otro (que tampoco es tan así).

CAMBIANDO EL CHIP

No es fácil cambiar el chip a favor de las reclinadas. 
Las bicis tradicionales de hoy en día son cada vez más atractivas estéticamente, más livianas y vienen acompañadas por una aureola de gloria y de márketing que las hace casi inexpugnables. 

Sino piensen en el pobre iluso que aspira bajar unos kilitos haciendo ejercicio y  se compra su reluciente bicicleta.
El tipo piensa que con la bici adquiere los talentos de un ciclista consagrado.
Pasa lo mismo con el mal jugador de fútbol que compra los mismos  botines  de su ídolo pretendiendo inconcientemente parecerse a él.

Claro está, que si se lo dices, ni la inquisición le hará confesar esa debilidad, porque si alguna virtud tiene la publicidad bien hecha, es la de provocarte el deseo, hacerte comprar la mula, pero convencido de que la idea fue tuya.

Eso si, ahora que tienes la burra en casa y no sabes para que coño la compraste, te darás cuenta que te jodieron...pero eso no se reconoce NI MUERTO.

 MEA CULPA 
Fuera de eso, debemos ser sinceros y admitir, que nuestra postura reclinada no es muy “deportiva” que digamos. Puede ser naturalmente más aerodinámica, pero no trasmite esa imagen de “esfuerzo y deportividad” de las bicis normales.



Al ojo profano, la idea que estamos en la playa a punto de tomarnos una cervecita, es más fuerte que aquella que los convenza que estamos a punto de protagonizar una sacrificada gesta  ciclística.

Y como encima resultamos “raros”, es más difícil que la gente se sienta tentada a probar la experiencia. 

En fin, el desafío continúa siendo el mismo, HACER LAS RECLINADAS MÁS CONOCIDAS PARA LA GENTE Y DESPERTAR LA CURIOSIDAD POR ELLAS. 
Bajar un ciclista tradicional de su bici, sentarlo en una reclinada y esperar que las ventajas de una recumbent  los seduzcan, será todo un logro.
LOS AUTO-CONSTRUCTORES

Quienes ingresamos a este mundillo como auto-constructores la tenemos un poco más fácil. 
Nos gustan las reclinadas porque son “nuestros cacharros”, los hicimos nosotros mismos y por eso los queremos, los usamos y elogiamos sus virtudes. 
Son “nuestras creaciones”, pero no nos engañemos, así como para un padre no hay hijo feo, nosotros tampoco vemos nuestras reclinadas con los mismo ojos que los demás.

Por eso siempre aconsejo construir nuestras reclinadas cuidado los detalles y la estética.

Si conseguimos “llenar el ojo” y ganar una buena primera impresión, les harán creer que “son de fábrica y nos mirarán con otros ojos (al menos por un ratito).

Por supuesto que habrá otros casos que no lograremos siquiera que se pregunten por qué usamos estas bicicletas. 
Lo resolverán con un rápido “son uno manga  de loquitos extravagantes”. 
  

Sin embargo, si logramos  que un ciclista tradicional venza el tonto prejuicio de “como son raras no sirven”, o superen “el qué dirán si me ven en “esto”, entonces habremos dinamitado varios prejuicios y se hará realidad otra frase atribuida a Einsten, “La MENTE ES COMO UN PARACAÍDAS…SOLO FUNCIONA SI LA TENEMOS ABIERTA ".