lunes, 12 de febrero de 2018

Meïlys y Bastien "LA BICI BRINDA LA VELOCIDAD PERFECTA PARA VIAJAR"


¿Te imaginaste alguna vez que se podía cruzar el océano Atlántico haciendo dedo? Pues sí, se puede y eso fue lo que hizo esta pareja de cicloturistas franceses para pasar de Europa a América por mar.  Los alojamos en casa y esta es la historia de su viaje de un año y medio de duración.


Con el imponente marco de la ciudad medieval de Mont. San Michel, los dos viajeros franceses iniciaron su aventura en las míticas costas de Normandía. Recorrerían 17.000 km en un año y medio de viaje.

Meïlys y Bastien (29), oriundos de GRENOBLE partieron de Francia, recorrieron la costa de su país, de España y Portugal y en las islas Canarias “hicieron dedo” hasta que un capitán alemán de un velero aceptó subirlos a bordo para navegar con él durante 24 días hasta las Antillas. -Eramos solo nosotros y él y nuestra tarea consistía en  hacer de vigías durante las noches para evitar que algún barco más grande no nos llevara por delante. La navegación fue muy calma y nos cruzamos con tan pocos barcos que terminamos abandonando nuestro puesto con la conformidad del capitán. Tras navegar el Océano Atlántico pasaron a Colombia para comenzar  recorrer el América del Sur hasta llegar a Usuahia en la Argentina.


Estos simpáticos viajeros, sostienen que la bici brinda la velocidad perfecta para VIAJAR. -Te da la libertad necesaria para conocer e interactuar con la gente mientras te desplazas integrado al paisaje. Para nosotros la bicicleta es perfecta.


-En este viaje nos hemos encontrado con gente maravillosa -nos cuenta.  Por ejemplo, en Bolivia que es un país con carencias materiales, encontramos gente capaz de compartir todo lo que tienen.  Casi se diría que su amabilidad y generosidad es proporcionalmente inversa a sus carencia… es maravilloso encontrar seres humanos así.

Charla de viaje y mate. Aunque no acostumbro a ofrecer mate a los viajeros que no tienen el "paladar acostumbrado" a esta infusión tan nuestra, Meïlys y Bastien la disfrutaron sin problemas, y para nuestra sorpresa nos dijeron que se llevaban un mate y un termo en sus alforjas para seguir con esta costumbre en Francia.

Aquí en Uruguay otra cosas llamó su atención. Al comprar comestibles en un almacén cercano a casa, no pudieron pagar con tarjeta porque el comercio se había quedado sin conexión a internet. Al querer devolver la mercadería, el comerciante les dijo que se la llevaran y que regresaran otro día a pagársela. Estaban sorprendidos por la confianza del hombre…¡¡esto en Francia no pasa!! –reconocieron entre risas.


Cuando rememoran su viaje nos cuentan -pensar que cuando hicimos nuestros primeros 500 km. estábamos contentísimos, nos parecían muchísimos, y hoy a punto de terminar el viaje llegaremos a los 17.000 km pedaleados…miramos para atrás y nos cuesta creer lo que hemos realizado rodando en nuestras bicis. 

Pueden visitar el blog de Maïlys y Bastien picando aquí