domingo, 17 de julio de 2011

TRIKES...ANDAR POR LA VIDA PANZA ARRIBA


El interés que despiertan los trikes, parece confirmar la idea que estos simpáticos vehículos, son en muchos casos la puerta de entrada al mundo de las reclinadas.
Sus tres ruedas, desbaratan la natural desconfianza de aquellos que ven las reclinadas como bicicletas propias de malabaristas de circo.
La estabilidad que brindan, sumado al sentimiento lúdico que despiertan estas “maquinitas”, han impulsado a muchos fabricantes artesanales a realizar sus propios modelos.  Este es el caso de Lucio Fernando Zubía, un argentino de 32 años que está cumpliendo el sueño de andar pedaleando panza arriba en el trike que ha fabricado con sus propias manos.  


Lucio vive en la Ciudad de Quilmes (Buenos Aires) Argentina, se desempeña como chofer para una lavandería industrial y en sus ratos libres se pone cortar y soldar caños.

“En realidad –recuerda Lucio-, me “enganché” haciendo un tráiler mono rueda tipo los Bob Yak para llevar las cosas enganchadas en la bici, ya que más adelante tengo pensado ir a recorrer el sur argentino en bicicleta.

Cuando me encontraba viendo cosas en internet encontré éstas bicicletas que me parecieron fabulosas pero muy caras para mi presupuesto, entonces decidí armar uno por mi cuenta.
Con respecto a los planos del trike, les cuento que busqué mucho en Internet y conté con la ayuda de un compatriota llamado Rafael Rivera que muy amablemente me dio las fotos de su trike y entonces tuve lo necesario para empezar el proyecto.
“Les cuento que la fabricación la hice yo mismo con una soldadora eléctrica chiquita,  una amoladora y un taladro.


El trike tiene una rueda trasera rodado 26” y dos ruedas rodado 20” de BMX con mazas de MTB para frenos a discos mecánicos Shimano. Cuenta con 18 cambios, tres platos y seis piñones.
El cuadro está hecho con un caño de 2 pulgadas con pared de 1.6 mm y el del tren delantero de 1 pulgada ½ con pared de 1.6 mm.
Los caños del horquillón trasero son de 7/8 de pulgada con pared de 1.6 mm.
Todavía no he terminado el trike porque aún me faltan los Cali per, pintarlo y emprolijar algunas cosas.

Lo he probado por el barrio y gracias a Dios  solo tuve elogios, a veces cuando paso se escuchan risas, bocinazos y algún que otro ¡¡¡muy bueno loco!!!
Creo que todo el que tiene uno de éstos sabe a qué me refiero.
Mi intención es usarlo y probarlo bien por mi ciudad que tiene unas lindas bajadas, pero hasta que no le ponga los frenos, solo voy a pasear despacio por el barrio.



Como leí en el blog, a mí me pasa exactamente lo mismo, te ven como uno de esos locos (como perro verde).
Cuando voy a comprar alguna parte o repuesto en las bicicleterias del barrio, te miran raro ja,ja,ja,ja.

Bueno me despido agradeciendo a mi familia que me ayudan y me “bancan”, a los amigos y a todos esos que con solo saludar o tocar bocina te dan más fuerzas y ganas para seguir haciendo estas máquinas para ir en la vida panza arriba.”
Lucio Fernando Zubía

CRUZAR LA CORDILLERA DE LOS ANDES EN RECLINADA.

Martín es un mendocino entusiasta de las bicicletas reclinadas que piensa cruzar la Cordillera de los Andes a bordo de una.
Actualmente se está entrenando con vista a cumplir su objetivo a fines de éste año.


Según me comenta, el cruce es de 400 km (un 70% de subida muy subida y 30% de una recontra bajada). De acuerdo  los datos que dispongo, el punto más alto del cruce se ubica a los 3500 m de altura y Martín dice “este domingo, salí en una MTB, realicé solo un 10% del cruce total (40km), pero totalmente de subida, lo que arrojó dolor de culo, cuello, espalda y algo que no me había pasado nunca dolor de manos....
Se que entrenando más y más, los dolores pueden ser pasajeros hasta que me acostumbre, pero no es mi idea, lo que quiero es disfrutar del cruce de la cordillera”.

Martín también me ha comentado su entusiasmo por comprarse una Hi-Bent (low-racer de excelente fabricación argentina), para cumplir el viaje que se ha propuesto, pero ante el monto a desembolsar quiere estar seguro de que la reclinada se adaptará al viaje que tiene en mente.
Por ese motivo, recurre a los reclinados que leen éste blog, para que le hagan llegar sugerencias acerca de cuál sería el tipo de reclinada más apta para ésta travesía y cualquier otro tipo de consejo que lo puedan ayudar a cumplir su objetivo.

Las opiniones recibidas en mi correo sandro2009rivero@hotmail.com, las iré publicando al pié de éste artículo para que compartamos los consejos de reclinados que ya hayan tenido experiencia en cruces de montañas, o que quieran dejar alguna sugerencia para la travesía.   ¡¡Desde ya muchas gracias!!


LA OPINION DE LOS LECTORES:
La idea que tienes de hacer esa fenomenal travesía en una recumbent es fantástica, pero en mi humilde opinión yo no iría en una Hi-Bent.

De seguro es una excelente máquina, pero mejor buscaría una reclinada mas alta con mejor visibilidad...piensa que una reclinada como la Hi-Bent low racer fue diseñada para correr carrera...es como si compraras un formula 1 para cruzar los Andes....pregúntale al fabricante de la low racer como haces para poner las alforjas....porque me imagino que llevarás alforjas, es una travesía de 400 km.
Si el te asegura que podés agregar alforjas piensa entonces, no me hagas caso...solo deberás acostumbrarte a la postura casi acostado...solo eso.
Por eso te decía de una reclinada mas alta, donde la postura sea similar a la de un hombre sentado en un automóvil. Es mi opinión.
Jose Luis . Jujuy

Hola, Martín!
Me parece una idea fantástica que quieras cruzar los Andes en bici y te deseo de todo corazón que puedas realizar tu sueño, no hay cosa más linda y parece que cuanto más esfuerzo nos cuestan, más lindo es lograrlo. Creo que podría darte un par de buenos consejos sobre la bici adecuada, el equipo necesario y la preparación, pero para eso debería saber tu edad, tu altura y peso, tu estado atlético y tu experiencia en bici (tipo de bici y kilometraje mensual). Mi dirección si querés contactarme es gbarbato@adinet.com.uy o lo hacemos a través del blog de Sandro.
Germán Barbato -
Paysandú - Uruguay



Hola, Martín, un placer poder comunicarnos! Y desde ya te deseo de todo corazón que puedas cumplir tu sueño. Si los consejos que puedo darte te ayudan en algo me sentiré muy orgulloso de haber colaborado en semejante travesía.

Que la vieja y querida GT Timberlain sea pesada no es problema para entrenar, al contrario, cuando te subas a una bici liviana te va a parecer un sueño. Por tu relato de los dolores en culo, cuello, etc. debo lamentablemente sacar en conclusión una de dos: o tu vieja bici no se adapta a tu anatomía para nada o te falta kilometraje de adaptación al ciclismo. Contrariamente a lo que todos los que pedalean reclinados opinan (las razones de esta opinión te las doy otro día) las bicis clásicas, sean de ruta o de montaña no producen dolores si estás bien adaptado a ellas. Los dolores provienen de que la bici no es la adecuada para tu físico o a falta de kilometraje. Si fuese de otra manera nadie andaría en bici, sólo unos pocos masoquistas. Yo anduve un montón de kilómetros en bicis de paseo, de ruta y de triatlón y nunca me dolió nada (cuando pasé los cincuenta las cosa se complicaron). Por supuesto que si no estás andando y de golpe y porrazo querés hacer 40 o 50 kilómetros, te va a doler. Es como si nunca corriste, te comprás zapatillas de correr y de golpe y porrazo te mandás una media maratón; te va a doler hasta el alma.  Resumiendo, pienso que tu problema de dolores es falta de entrenamiento progresivo. Empezá por una distancia que no te duela nada, (unos 10 o 15 km, diría) salí 4 o 5 veces a la semana, con un día de más distancia el fin de semana y andá aumentando la distancia progresivamente. En un par de meses lo 40 km te van a parecer fáciles. Y seguí progresando de a poco para que cuando salgas a hacer el cruce no te a resulte un martirio.

En cuanto a las reclinadas, sí, indiscutiblemente son más cómodas, y contra la opinión generalizada te diría que esa es la mayor virtud. Las otras virtudes que tienen no sé si compensan los defectos que lamentablemente tienen. Pero que sean más cómodas no quiere decir que te abren la puerta de los Andes de por sí, la preparación física progresiva la vas a tener que hacer igual porque es un hecho indiscutible que la reclinada necesita una adaptación física de varios meses. Los músculos implicados en el pedaleo reclinado y la circulación de la sangre en esa posición tan curiosa que usamos son diferentes a los de las bicis de ruta o montaña.
Si estás decidido a comprar la recli poné los $$$ y comprá la mejor que haya en plaza, en tu caso creo que la Hi-Bent (dicho sea de paso, el precio de estas bicis me parece muy razonable) es la mejor por la sola razón de ser de aluminio y muy bien hecha y armada, y por lo tanto mucho más liviana que una recli casera de acero pues cuanto más liviana mejor en los cuesta arriba y vos tenés por delante uno muuuuuuuuy grande  Lamentablemente, y esto no lo discute nadie, el lado flaco de las reclinadas (todas) son las subidas, por la simple razón de que no te podés parar en los pedales. No te preocupes por lugar para llevar cosas, le podés hacer una valija liviana conectada al asiento sin ningún problema, y cuanto menos cosas lleves, mejor, porque cada Kg. cuenta en las subidas. 


Para que veas que una bici similar a la Hi-Bent es más que adecuada te mando un par de fotos de Peter Heal al terminar la vuelta a Australia sin apoyo externo, (él y su bici, los dos solitos) en menos de 50 días, que era el record anterior. No me imagino cómo pudo hacerlo, son 15.000 kilómetros en total y para hacerlo en menos de 50 días hay que hacer 300 km diarios. Y los hizo, no es tongo, cuando me enteré del viaje seguí el proyecto por Internet, podías ver la gráfica del GPS y está reconocido por la Unión Australiana de Ciclismo. 

La bici de Peter es una VK2 de carbono, claro, y pesa un par de kg menos que la Hi-Bent, pero en esencia es la misma bici. Comprá cubiertas tan fuertes como sea posible para resistir cortes y pinchazos, pues si no me falla la memoria, la banquina de la ruta 7 en la montaña es angosta y llena de piedras y en más de una ocasión vas a tener que bajar a ella (cuando se cruzan dos vehículos justo donde vos vas pedaleando, por ejemplo y las opciones son banquina o tortilla). Bueno, por aquí te dejo, hay mucho más para hablar pero será otro día.
Un abrazo. 
Germán Barbato -
Paysandú - Uruguay