miércoles, 30 de mayo de 2012

SOÑADO CON LA RECLINADA PROPIA


Orlando Jung (38) vive en San Nicolás de los Arroyos, Buenos Aires. De profesión técnico mecánico, desde hace un tiempo el tema de las reclinadas lo desvela y así nos cuenta y nos muestra su historia.


-“Hace un par de semanas –recuerda Orlando- un compañero de trabajo me habló de las reclinadas y me obsesioné con el tema.
Te cuento que hace un par de años me compré una bicicleta Raleigh de aluminio para hacer ejercicio, pero por mi tamaño y peso (mido 1.91 m y peso 110 kg) y a causa de las 2 hernias de disco que tengo, no podría andar más de media hora sin que los dolores de espalda y del trasero me obligaran a dejar la bici.
Por eso es que creo que las reclinadas son mi salida”. 

Paso a contar mi experiencia en la construcción de mi reclinada. Desde que llegué a conocer este tipo de bicicletas estoy ansioso por tener la mía, así que comencé investigando y buscando cual era el modelo que más me convenía, al tiempo que hacía algunos diseñitos a mano.
Me decidí por el modelo del proyecto BAULA con algunas modificaciones.

Luego realicé una visita a una chatarrería de la zona para buscar materiales, y encontré un cuadro viejo del que saqué la pedalera y el buje de la horquilla (20 $).
También encontré una horquilla de aluminio con amortiguación, a la que tuve que desarmar para limpiar, aflojar y relubricar junto con un manubrio de playera que me podría llegar a ser útil ($35).

Luego comencé con el cuadro, con un caño de acero de 1 ½  y caño de ¾ para las horquillas  traseras.
Orlando utilizó una soldadora eléctrica para su trabajo y soldó según me cuenta con electrodos punta azúl de 2 mm.

Para alinear las ruedas utilicé la técnica muy piola de un brasilero que vi en este blog. Consiste en alinear las ruedas con dos reglas que le pedí prestada a un albañil, poniéndolas de modo que apreten las llantas como un sándwich y de esa forma uno se asegura que la rueda de adelante y la de  atrás pisen en la misma línea.

El primer problema con que me encontré es que debido a que mido 1.90 la pedalera me quedaba a más de 25 cm de altura respecto al asiento.
Tuve que  cortar y  resoldar la punta del cuadro para bajar la altura del pedalier.
Otro problema fue que el caño que utilicé era muy pesado, de 2.6 mm de pared  así que para reducir peso le hice un agujero con una mecha de copa.

Otro capítulo es el asiento de la reclinada. Busqué los en bicicleterías locales y en fábricas de fibra de vidrio para hacer un asiendo ergonómico y nadie me pudo dar solución, así que hice un marco con una estructura de una silla vieja

Primer montaje de prueba del conjunto.   Cuando la termine te enviaré más fotos.    saludos