lunes, 21 de junio de 2010

"LA SURUBÍ" UNA RECLINADA DE TRACCIÓN DELANTERA


Luis Schmeil vive en Ramos Mejías, provincia de Buenos Aires, tiene 35 años y ha tenido la generosa actitud de compartir la experiencia de su proyecto con los lectores del blog.   Este argentino amante del ciclismo, se ha fabricado una reclinada 26-26 con tracción delantera, inspirando en los modelos Cruzbike. Convencido de las ventajas ecológicas de su transporte, Luis recorre más de 30 km diarios hasta su trabajo. Aquí te presento su historia contada por el mismo.
“Desde chico me apasionaron las bicicletas, y cuando tuve mi primera “Cross” siempre la vi como un medio de transporte eficiente, barato y más práctico que andar en transporte público, además de usarla por diversión o placer.
A los 13 años me hice amigo de Jorge (un bicicletero), quien heredó el oficio de su padre que trabajó por más de 60 años en el rubro.
Con Jorge aún conservo la amistad y fue con él con quién aprendí el oficio.
Hasta los 20 años practiqué ciclismo de ruta (sí, en esas bicicletas en la cual vas agachado y “clavado” en el asiento, ja ja).
A fines de 2008, buscando en internet una alternativa en asientos por los dolores de trasero, di con las reclinadas y se abrió un nuevo panorama que renovó mi pasión por las bicis. Cabe destacar que hago casi 30km todos los días en bicicleta para ir a trabajar.
Después de meses de trabajo con mi amigo Jorge y tomando como referencia la Cruz Bike, dimos a luz a “La Surubí”:  
La premisa fue: Que fuera lo más económica posible, con piezas de bicicletas convencionales y NADA de soldaduras.
Entonces le compré a mi hermana una bicicleta vieja con cuadro de aluminio. Estaba como ahora: fea de aspecto (por eso el nombre de Surubí), pero en buenas condiciones.
Lo primero fue conseguir una vaina trasera con caja pedalera. Fuimos al fabricante de cuadros y él nos regaló esta pieza.
 La fijación la hicimos como se ve en la foto, con una planchuela doblada en el contorno del caño de horquilla. Tuvimos la suerte de que éste era largo y no tuvimos problemas para sujetar la caja de dirección. Con un tornillo sujetado a lo que sería la grampa que ajustaría el asiento en nuestro pedazo de cuadro quedó bien firme.
También tuvimos que abrir la horquilla, ya que la rueda trasera, ahora como rueda delantera, tiene una masa más ancha. No fue difícil ya que es de hierro y con un eje trasero suelto y los mismos conos (que son de acero) la fuimos abriendo de a poco.
Las dos masas tenían cierre rápido, por lo que tuvimos que cambiar los ejes de ambas por ejes convencionales “traseros” para que nos diera la medida.
En la rueda trasera, tuvimos que poner unos suplementos al eje para no doblar las vainas (que son de aluminio)

Los frenos a balancín los cambiamos por V-Brake ya que el cable no cruzaría por la “potencia”.
Este fue un primer intento:
 
 El “stein” (potencia) es la base de una horquilla vieja que tenía suspensión y con la ventaja de que tiene dos “agarraderas” fuertes para lo que eran los barrotes que sujetaban la rueda. Allí sujetamos un manillar que no era otra cosa que un manillar de carrera cortado en dos. 
El asiento era un problema a resolver todavía.
 Luego de algunos fracasos con este formato, era molesto pedalear con este tipo de potencia, muy ancho, se nos ocurrió otra cosa:
Cortamos el caño central de nuestra horquilla-potencia y lo usamos como se ve en la foto. Lo que lo une a la horquilla es una potencia vieja cortada, del cual usamos solo la parte de sujeción a la horquilla. El caño largo que sube de la potencia y sujeta el “stein” original con el manillar, lo sacamos de unos hierros viejos (es increíble lo que uno encuentra en una bicicletería con más de 50 años). Los resultados fueron excelentes.
El asiento en un primer intento fue una parte de un asiento “banana” de una bicicleta vieja que luego con madera y una espuma que se usa para embalajes como relleno le dimos forma
Luego de probar la posición durante algunos meses y romper la sujeción del asiento, lo modifiqué un poco, siempre usando el mismo caño de asiento original.
A simple vista parece rígido pero tiene un material firme y a la vez acolchado. 
Para que el asiento quede firme tuve que hacer un agujero en el medio del cuadro (cosa a la que me negaba) y pasarle un tornillo con tuerca. Pero quedó excelente.
Para concluir. Al principio tenía reservas con la tracción delantera. Empecé andando de a poco, algunas veces mis piernas iban para un lado y mis brazos para otro, y se me torcía la dirección. Es como cuando uno aprende a andar por primera vez en bicicleta con el agravante de que ya tenía otras costumbres, entonces hay que quitar el viejo paradigma.
Pero en muy poco tiempo me acostumbré y hoy le doy uso urbano, si, en medio del tránsito y en cualquier calle me muevo con tranquilidad y confianza. Y mi espalda y mi trasero me lo agradecen.
Nota de redacción:
Luis me ha autorizado a publicar su dirección de correo con el fin de evacuar alguna duda con respecto al proceso de fabricación de "La Surubí".
El mismo es luisito2319@hotmail.com . También existe un video en Youtube en el cual se lo puede ver a tripulando su bici con total comodidad y control.
Lo puedes ver en: http://www.youtube.com/watch?v=3A5T9NuA8d8