Recientemente el amigo Enrique Demarchi (Venado Tuerto - Argentina), me hizo saber de una curiosa experiencia que viene pasando con sus bicicletas reclinadas y una vecina (Grisel), que en avanzado estado de embarazo, ha visto las recumbentes como su potencial medio de transporte. Esta es la historia contada por Enrique.
-"Grisel Castro es mi vecina, vive en frente de mi casa... por tal razón siempre le llamo la atención verme subido y probando las reclis que he construido.
Hace un año y medio, mientras yo terminaba un trike, se cruzó a que le prestara una de mis bicis, ya que le despertaban curiosidad. ¿Es difícil andar ahí? Siempre te veo... ¿Cómo es? - pregunto.
Bueno, traje una que se adaptara a su talla, salió dede el vamos , y la acompañe en el trike una vuelta bastante grande por la ciudad. Aclarada su curiosidad, todo quedo ahí.
Paso un poco más de un año y regreso a preguntarme:¿Me prestarías una de tus bicis? En la clásica ya no puedo andar, ya que estoy embarazada y me dificulta con la panza... y sobre todo el asiento (Se refería al sillín, y sobre todo pensando en que la cadera y el hueso sacro se ensanchan paulatinamente con el avance del embarazo).
Volvió a subirse en una recli... todo bien... ¡Me encanta! comento- Le podemos pasar el asiento de bebe y colocarlo atrás para llevar también a mi hijo León?
Así hicimos... lo demás las fotos lo explican por si solas...
Buena experiencia... para ella... y como ejemplo para otras personas que sientan curiosidad... así que 3 en una misma recli, mamá conduce, un bebé en la panza y su hermanito en el asiento.
Dado que Grisel es de talla más chica para la recli que le preste, ya estoy construyendo una a su medida, ya que va a seguir pedaleando ahí...
Grisel, la protagonista de esta nota, Giselle Ojeda (la viajera de los vientos) y Enrique, incansable constructor de reclinadas y el Mac Giver de Venado Tuerto.