lunes, 15 de abril de 2013

OPINANDO SOBRE RECLINADAS

Por: Juan Vázquez Gutierrez
Desde Sevilla, un entusiasta de las reclinadas me ha hecho llegar algunos pareceres sobre éstas bicicletas. Tras pedir su autorización para publicar el texto, aquí están algunas de las puntualizaciones de Juan Vázquez Gutiérrez. Puedes sumar tus opiniones al final del artículo o escribir a mi correo para que las agregue al post.


Hola Sandro. 
El motivo de mi correo – dice Juan- es que soy un entusiasta de las reclinadas en España y me gustaría contrastar contigo mis opiniones:
En primer lugar, creo que las reclinadas deben tener una buena amortiguación delantera y trasera, ya que en este tipo de bicicletas se sufren mucho los baches, por la imposibilidad de ponernos en pié sobre los pedales, que es como se minimizan los efectos en una bicicleta normal.
En segundo lugar, opino que a una reclinada hay que ponerle la tracción delantera para ahorrar esa cadena tan larga y pesada. 

Es curioso –dice Juan - la poca difusión que tiene esta idea cuando la usa una de las mejores reclinadas del mercado que son las "Cruzbike".


En tercer lugar, uno de los éxitos de la reclinadas además de la comodidad postural, es el menor rozamiento con el aire al ir mas bajos, por eso no creo sino en bajar al conductor lo mas posible. Las más cómodas resultan las que tiene la rueda delantera de 20". La trasera si se puede poner más grande ( 26" ó 28" ), para minimizar mejor los obstáculos.



Por último, siempre fui un partidario de los cambios internos, pero desde que uso el cambio interno con una correa dentada en una bicicleta tradicional, me parece que tengo otro vehículo.
Ante la duda, repregunté a Juan sobre su parecer sobre los cambios internos y me respondió; "
-A mi me gustan mucho porque los conozco de hace mucho tiempo. 
El Sturmey-Archer inglés tiene mas de cien años y yo tuve uno de tres velocidades que nunca se averió. Tienen casi nulo mantenimiento y son muy robustos. Hoy como en todo, los mejores en calidad/precio son los Shimano, pero existe uno alemán de 14 velocidades que parece un mecanismo de relojería. ( Rohloff ). Echale una ojeada a esta página. www.es.wikipedia.org/wiki/cambios internos, que te introduce en este tipo de cambios alojados en el buje.

Enlazando con el tema y la idea de eliminar los platos, piñones, etc. tradicionales y sus cambios con los necesarios engrases y por tanto las manchas correspondientes en los pantalones, te decía que desde que he cambiado de la cadena a una correa dentada tengo la sensación de conducir otra bicicleta. Se acabaron las manchas. La correa   , www.carbondrivesystems.com,  como la de cualquier vehículo tiene una garantía de al menos 30.000 Kms. Para una bicicleta pienso que será eterna. Hoy las motocicletas de mas prestigio las llevan también.

Yo estoy interesado en difundir las reclinadas por estas tierras, porque solo hay las de importación que resultan muy caras. Me parece que habría que ofrecer  unos cuadros  para que cada uno se lo montase a su gusto. Ojalá algún día-termina argumentando Juan - hiciéramos un equipo que fabricase un cuadro para reclinada. Las piezas que ya están en el mercado no hay que ponerlas, que cada cual se las ponga del modelo y calidad que quiera.
Si crees que el asunto puede ser de tu interés, ya sabes dónde me tienes. Un saludo
                                                                                        Juan Vázquez Gutiérrez
                                                                                               Sevilla - España
                                              ___________________________

Gonzalo Falconi
En términos generales, comparto la opinión de Juan en cuanto a la amortiguación doble, la altura de las bicicletas y la urgencia de construir cuadros artesanales más accesibles en su costo, cuyos elementos de tracción puedan ser colocados según el gusto, las necesidades y el bolsillo de cada interesado. Me parece fabulosa la idea de una especie de artesanía transnacional.

Tiempo atrás indagaba la posibilidad de colocar cambios internos en la primera bicicleta, debido a que las considero superiores a las externas y fue así que encontré un dato sobre aquellas, proporcionado por Rohloff. Te lo envío porque se que será de tu interés.

Había visto en la web fotografías de las bicicletas Cruzbike y me llamaron la atención. Estuve tentado de adquirir el kit que ofrecen en venta pero me abstuve de hacerlo por razones netamente económicas. Alguna vez intenté improvisar un vehículo algo parecido, pero el mecánico que me ayuda en todo cuanto significa soldadura me proporcionó su punto de vista respecto a la idea, considerando que en Quito tenemos una gran cantidad de calles empinadas-  en algunos casos, casi "puertos de montaña"- y la posibilidad de que no funcione adecuadamente en ellas, debido a que la mayor parte del peso del ciclista y del vehículo quedaban detrás de la transmisión. Desconozco que podría informarnos Juan sobre esta particularidad.

No he tenido oportunidad de acceder a información relacionada con las correas dentadas. Ahora que Juan ha proporcionado una dirección electrónica intentaré hacerlo, pero en términos generales me parecen un gran adelanto, por sus ventajas sobre la grasienta cadena convencional.

Algo que podría agregar se relaciona con la ubicación de los guidones de dirección. Alguna vez probé una bicicleta reclinada que los tenía bajo el asiento y noté que eran muy sensibles y que algún toquecito algo descontrolado producía inestabilidad, todo ello descontando el peso adicional que implica la colocación de la varilla que transfiere el movimiento desde ese tipo de dirección hacia el trinche delantero. Para entonces yo ya disponía de mi primera bicicleta, dotada de guidones altos, los cuales se unen al trinche delantero de manera muy apretada para evitar giros accidentales e indeseados y también en razón de que la dirección la empleo solo en los casos en los cuales las curvas son muy cerradas, puesto que la mayor parte del tiempo basta una levísima inclinación de cuerpo hacia el lado que busco dirigirme. Por esta razón repliqué el sistema en la segunda bicicleta reclinada.

He leído que la dirección baja es más descansada que la alta, así como también que ésta es mas aerodinámica. Sobre este tema no puedo aseverar nada porque la prueba a la que antes me referí fue de muy corta duración y no pude efectuar comparaciones.

Fue un gusto saludarte Sandro. Un abrazo a la distancia.

Gonzalo  Falconi -Ecuador

sábado, 13 de abril de 2013

..."HICE ME PRIMERA RECLINADA, PARA VER QUE SE SENTÍA ANDAR EN ESTOS BICHOS RAROS"


















Por. Sandro Rivero
Si bien es cierto que ninguna profesión es excluyente a la hora de fabricar una reclinada, sin duda, ser ingeniero mecánico y metalúrgico, suena como la ideal para concretar un proyecto de este tipo.
Ese es el caso de Darío Fantín (34), que puso su familiaridad con los “fierros” y su interés por las bicis, al servicio de la fabricación de 3 reclinadas (hasta ahora).  A continuación nos cuenta su historia con estos queribles aparatos.

Darío que reside en Beccar en el gran Buenos Aires me comenta que él, al igual que la mayoría de nosotros, descubrió las reclinadas en Internet.
-Como nunca las había probado, así que decidí fabricarme una con todas las piezas usadas que tenía.
Cuando lo consulté respecto a los materiales utilizados en su última reclinada  hizo referencia al cuadro construido en acero al carbono SAE 1020 de 50 mm de diámetro y 2 de espesor  y a la horquilla trasera fabricada en aluminio 6061.
-Ese tipo de aluminio -me explica Darío- es demasiado resistente para el uso normal, pero puedo andar tranquilo por las calles de Argentina que no se va a romper nada.
El prolijo conjunto de dirección bajo el asiento, obliga a planificar cuidadosamente la ruta de la cadena para que no tener roces con partes de la horquilla trasera amortiguada por un elastomero.

¿Qué tipo de soldadura usaste?
-En el cuadro que es de acero utilicé soldadura MIG, y para la horquilla trasera (de aluminio) TIG.

¿Cuál fue la parte del proyecto que te dio más trabajo o en la que debiste poner más cuidado?
-En la suspensión trasera.
La alineación debe ser cuidadosa para que todo quede correcto y no ande torcido, y también la cadena a la que quería ponerle una sola rueda de reenvío para el ramal tenso.
La robusta horquilla trasera fabricada con aluminio 6061 proporciona confort y ahorra peso a la reclinada.

Cuando le pedí que me contara respecto a la reacción de la gente cuando lo ve en su bici, Darío recuerda, “se distingue claramente los que ven algo “raro” pero están interesados o con buena predisposición, (sobre todo los chicos), los que ya las conocen y dicen “mira una reclinada” y los que solo buscan molestar.
-Creo que se pelean en el ranking el “no te quedes dormido” y ¿es muy difícil de manejar?
Algunos bajan la velocidad del auto y te siguen un rato, capaz te sacan una foto con el celular y después siguen nomás.
Aún sin pintar, la reclinada muestra los mandos bajo el asiento y la rueda dentada que orienta la cadena rumbo a la rueda trasera. Una prolija corredera bajo la butaca de aluminio asegura el ajuste del largo de pierna del ciclista.

¿Cuál es el uso que le das a tu reclinada?

-Generalmente la utilizo para hacer ciclo-turismo, tanto en ciudad (30 o 40 km) como en el campo, por caminos de asfalto o de ripio, en donde la doble suspensión se hace notar.
El hecho que sea un bici reclinada nunca me trajo problemas, más vale bastantes satisfacciones!!
-Es habitual – dice Darío- que  los fines de semana vaya a visitar a mi familia en Gualeguaychú, donde son infaltables las salidas en bici.
Totalmente distintas a las de la cuidad, allí saliendo apenas 5 kilómetros estoy andando en ripio, en donde solo el ruido del viento, la cadena y los pájaros me acompañan.

 Más adelante me cuenta que ésta es la tercera reclinada que fabrica.
-La primera muy básica la hice en 2003 para ver que se sentía andar en estos bichos raros.
Después, sabiendo que me gustaba la idea, comencé a diagramar los cambios que debería hacer para que fuera más ergonómica

Así que me puse a cortar y pegar, perdón, soldar y llegué a la segunda reclinada (2004), la cual utilicé por bastante tiempo. Era una reclinada rígida sin suspensión.

-Habiendo llegado a la geometría deseada, me quedó pendiente la doble suspensión, por lo que plano va y dibujo viene, llegué a un diseño que me convenció
En 2008 fabriqué la reclinada que estoy utilizando actualmente, y en estos cinco años le fui mejorando algunos detalles, como los tensores de la cadena y la suspensión trasera.
-"Me gustaría hacer un agradecimiento a mi mujer, Vanesa, que me aguantó siempre y que fue la que pintó la bicicleta".

Al consultar a Darío sobre el extraño amortiguador utilizado en su recli, me explica que el material de la suspensión trasera es elastómero, un material parecido al caucho pero con más resistencia.
-Absorbe mucha energía por fricción interna, lo cual hace que la bici no rebote, se usó mucho en los 90 en las suspensiones delanteras.

 -Después de que la anterior reclinada juntara bastante polvo en casa, decidí venderla. 
Yo tenía la ilusión de que algún amigo se “enganchara” y saliéramos a pedalear con dos reclinadas, pero no tuve suerte - lamenta Darío.

Cuando evoca buenos momentos con su recli Darío dice, lo mejor que me pasó con la reclinada, es poder llevar a mi hija, que,  aunque es chica todavía, nos dimos el gusto de probarla en una plaza.
En la foto de la portada de éste artículo aparecemos con Sofía "haciendo pose", porque cuando salimos a pasear ambos usamos casco.
En el momento de esa Sofía tenía  7 meses, hoy cuenta con casi 2 añitos.
Cuando disfrutas de lo que hiciste, ni la lluvia ni el barro te hacen abortar una salida en la reclinada.

Desde aquí mi agradecimiento a Darío por el material compartido y las felicitaciones por el trabajo realizado.
Queda claro que el prolijo trabajo que mostramos en este post, es el resultado de la utilización de los materiales correctos, experiencia acumulada y mucha pasión puesta en el proyecto. ¡Felicitaciones!

Aquí pueden ver a Darío en acción sobre su reclinada. Este video fue filmado en el Velódromo de Gualeguaychú 



viernes, 12 de abril de 2013

16.000 km: LA HISTORIA DE UN VIAJE AL PASADO.

Por. Sandro Rivero
Cuando leí  en el sitio de Warm Showers la historia de este californiano que me solicitaba hospedaje no dudé en darle el ok.

David Grossman (48), en su mensaje de presentación me contaba que hacía 32 años había vivido 2 meses en mi ciudad con una familia de aquí y que aquella experiencia lo había marcado para siempre. “Seguro estaría viviendo otra vida si no hubiera conocido Uruguay a los 17 años –me contaría después.  Al momento de aquel mensaje, David pedaleaba a 400 km de aquí y se proponía llegar a Paysandú después de haber viajado 11 meses y recorrer 16.000 km en bicicleta,  desde San José, California hasta Uruguay.

Finalmente llegó una tarde soleada de Semana Santa con su español “agringado” pero  perfectamente entendible, sus alforjas y la  toda expectativa del regreso a Paysandú. “Cuando estaba a dos kilómetros de la ciudad- me decía- me dí cuenta que no quería llegar, porque eso significaba el final de mi  viaje, pero a su vez quería ver nuevamente el lugar que marcó mi vida...fue todo muy raro”.

Tras ducharse y acomodar su equipaje, en casa nos fuimos enterando de su historia. Así supimos de los 6 años de trabajo ahorrados para hacer este viaje, de sus ideas acerca de su país y del mundo y que a pesar de haber hecho su viaje en bici, nunca había sido un fanático del  ciclismo

Las anécdotas del viaje se desgranaron sin prisa ante la expectativa de  mis hijos que escucharon todos los detalles de la aventura del “gringo” sin perder palabra. 


El reencuentro

Cuando salimos a dar una vuelta por la ciudad le pregunté a David si quería  visitar la casa donde había vivido hacía 32 años. 
Hasta entonces, él no sabía que había sido de la familia Laviano.
En aquel entonces, ellos lo había recibido como un estudiante de intercambio becado por AFS , una organización internacional que opera en más de 50 países.
Ema y Luis, los padres de familia que junto a sus hijos recibiera a David en Paysandú hace 32 años. La vida siempre dá una oportunidad para las reencuentros deseados.(foto extraída del reportaje de 4 paginas que le realizó el diario local El Telégrafo) 

Cuando llegamos a la casa me ofrecí a tocar el timbre ante el evidente nerviosismo de mi invitado. 
“Todo está igual me decía asombrado mientras observaba la casa y se tomaba el rostro con gesto nervioso”.
Al llamar, asomó a la puerta una señora que a pesar de demostrar desconfianza por nuestra presencia, cuando le dije quien me acompañaba y le nombré a David estalló de sorpresa y alegría. 
Ema no lo podía creer y David entre risas solo atinaba a decir ¡Oh my God! una y otra vez ...olvidándose que no es creyente.
Tampoco Luis, el esposo de Ema salía de su sorpresa. 
Entre risas, exclamaciones y anécdotas ellos y David recordaron uno a uno los momentos vividos 32 años atrás e hicieron mención a las cartas que le habían escrito y que nunca habían llegado a sus manos. 
El matrimonio no salía de su asombro cuando David les contó que había llegado a Paysandú en bicicleta desde los EEUU. En medio de aquella efervescente conversación, me retiré para no malograr la intimidad del encuentro.

David volvería mas tarde a casa para  compartir con nosotros distendidos momentos de charlas y anécdotas viajeras, dejándonos a mi familia y a mi los mejores recuerdos de un ser humano sensible, crítico del consumismo irracional y creyente en las buenas relaciones entre humanos, sin diferencias, sin guerras estúpidas y con más entendimiento.

Así nos habló también de la hospitalidad de los mexicanos, de su admiración por la magnificencia del desierto y de la soledad tumultuosa de las grandes ciudades, donde a pesar de estar rodeado de gente puedes sentirte irremediablemente solo.


David en el Yatch Club Paysandú.

Un “gringo perdido en Colombia”

Nos enteramos también de su extravío en territorio de las FARC, (la guerrilla Colombiana), solo por confiarse en la ruta que le marcaba el Google Map de  su tablet.
Según contó, en medio de un camino convertido en sendero se dió cuenta que estaba perdido, a pesar que el mapa digital le seguía marcando un camino, que después se enteraría ya no existía desde el año 1994 . 
Dos indias que encontró en el sendero le aconsejaron que desandara el camino porque aquel no lo llevaba a ninguna parte.
De regreso al pueblo donde había iniciado la jornada fue interrogado por la policía indígena del lugar. 
"Al principio yo enojarme mucho -cuenta David en su español "agringado-, pero después darme cuenta que no era  bueno para mi, porque aunque los policías indígenas no tenían armas, igualmente demostaban tener poder en ese territorio". 
Mas tarde entendería, que lejos de incriminarlo por su condición de extranjero, la policía del lugar querían asegurarse que saliera de aquel territorio en una pieza.
Seguramente, la desaparición de un “gringo" - como se autodenomina David - en su territorio, le traería problemas.
Así fue que me metieron en un Jeep a mi bicicleta y a mí, se subieron unos cuántos de ellos y así, apretados y a los tumbos por un camino  rural llegamos a una ciudad donde me entregaron a la Policía Nacional de Colombia.
Recién allí se enteró que la guerrilla colombiana ya sabía de su presencia en el territorio.
Los de las FARC andan  preguntando por el gringo en bicicleta...
Hasta entonces "nunca fui consciente del peligro...y todo gracias Google maps! ironiza David".

Recorriendo la calle principal de la ciudad en busca del desaparecido Centro Bar donde  pasara tantas horas en rueda de amigos.

Después de 16.000 km recorridos David concluye, "a mi me gustan los paisajes, pero más me gusta el contacto con la gente que los habita".
En el viaje muchas veces el gran desafío es convivir con uno mismo. Estar tanto tiempo a solas, sin tv, sin cosas que distraigan, te obliga lidiar contigo mismo.”


Cada ciclista viajero que ha llegado a casa tiene un relato que contar, una filosofía que le es propia, una historia de vida que lleva a cuestas.
Todas esas experiencias son lo que lo hacen diferente a ti… que te enriquece.
Si quieres este tipo de vivencias, dale morada a un viajero en bici...aprenderás un poco del viajero y de ti mismo.
Tal vez sea una buena decisión suscribirte a la página de cicloturistas Warm Showers y después me cuentas.-